Volver de vacaciones está bien. Abres tu casa, descubres que no se ha roto ni estropeado nada en el ínterin y poco a poco caes de nuevo en las rutinas, esas que te sabes de memoria y te permiten dormir y ducharte a la vez, por ejemplo. Pero una de las mejores partes de las vacaciones no ha hecho más que empezar. Y es enseñar esas magníficas fotos que sacaste para inmortalizar esos exóticos paisajes, el concierto en el que acabasteis bañándoos en la playa y tantos otros recuerdos inolvidables.

Qué nervios, descargar las fotos al ordenador para descubrir… que no se parecen nada a lo que recuerdas. Ahí quedan tus sueños de utilizar las nuevas instantáneas para enmarcarlas en el pasillo y para alucinar a propios, ajenos y a todos tus contactos de Facebook, Twitter, Instagram y Pinterest. A todos nos suena la frase-excusa “En esta foto no se ve del todo bien, pero realmente era un sitio espectacular, de veras…”. ¿Pero de quién es la culpa? ¿Es la cámara tan incapaz de captar los colores y luces, la enormidad de las montañas y la textura de las rocas? Comprar una mejor cámara puede ayudar. Aprender a manejar la tuya adecuadamente es más barato y también funciona.

No vamos a enseñar a nadie a manejar una cámara, hay miles de blogs de fotógrafos más que entusiasmados de compartir su sapiencia. Además saben mucho más de fotografía que yo, no nos engañemos. Pero sí que hay una serie de consejos básicos que pueden ayudarte a ir por el buen camino:

  1. Configura el enfoque de tu cámara
    Busca el menú o botón que lo maneja y establécelo a AF-S. Debes buscar la configuración de puntos de enfoque y poner como punto de enfoque el punto único en el centro. Una de las razones para elegir este punto es que es aquel en el que la cámara capta la mayor cantidad de luz (el centro de la lente), y por tanto mejorará la definición de tu enfoque evitando el consabido “está un pelín desenfocado”. Con esa configuración podrás enfocar aquello que tengas en el centro de tu objetivo, justo en el centro, al presionar ligeramente el disparador. Ojo, si sueltas el botón se desenfocará. La pregunta del millón, ¿y si lo que quiero enfocado está a un lado? Sencillamente enfócalo cuando lo tengas en el centro de tu imagen y luego mueve la cámara al encuadre preferido antes de disparar la foto.
  2. Elige lo que quieres enfocar
    No siempre será lo más obvio. El ojo humano encuentra poco agradable tener un objeto desenfocado en primer término. Por eso, normalmente acertaremos si enfocamos en el objeto más cercano, el “primer plano”. Por supuesto, aquí entra la libertad y creatividad de cada uno.
  3. ¡No seas ansias!
    El ojo tiene una capacidad inmensa de captar matices, detalles y componerlos para que descubramos la belleza en el conjunto. Una foto, en cambio, difícilmente podrá captar la belleza de las montañas, una casita a un lado y la cabra que tanta gracia nos hace a la vez. Prueba a sacar una foto a la cabra (estupendo retrato), otra a la casa entre las montañas y luego, si te apetece, una más al paisaje colindante.
  4. Practica el giro de muñeca
    Una foto impresionante, tienes un paisaje horizontal y sacas una instantánea de estas que quitan el hipo. No te duermas en los laureles, gira la muñeca y prueba a sacar la misma foto en vertical. Puede que te sorprendas. Los encuadres horizontales transmiten una idea de amplitud, los verticales en cambio tienen más fuerza. No escatimes memoria de tarjeta y haz ambos cada vez.
  5. Tu punto de vista quizás no sea el mejor para la cámara
    Tendemos a pegar la cámara a nuestro ojo, a nuestra altura habitual. Normal, queremos ver lo que vamos a fotografiar. Pero eso también hace que tendamos a sacar todas nuestras fotos a la altura de nuestro ojo, es decir, entre 1,6 y 1,8 m de altura. De ese modo, quizás nos estemos perdiendo detalles que darían mucha fuerza a nuestra instantánea. Si bajas tu punto de vista (no hace falta que te agaches, alargar el brazo también vale) los objetos en el primer plano cobran protagonismo. Si subes el punto de vista, una foto que en principio es confusa y apelotonada adquiere claridad y detalle.

Algunos de estos consejos necesitarán que desempolvéis el manual de vuestra cámara de fotos, pero tras la configuración inicial ya tendréis vuestro equipo listo y deseoso de captar las mejores fotos de viajes del mundo. Para aquellos que pensaban que los manuales sólo están en inglés o en ruso y que sirven únicamente para descubrir cuánto tiempo cargar la batería por primera vez, también podéis encontrar una copia en la web del fabricante.