En nuestras Suites los huéspedes nos cuentan muchas cosas, lo que hace que al final les conozcamos como la palma de nuestra mano, con sus manías y gustos. Hemos decidido hacer esto un poco más recíproco entrevistando a nuestra recepcionista Liz, y que nos cuente un poco más sobre ella y sobre su experiencia en Los Telares y La Gomera.

¿Qué es lo que hizo que una escocesa terminara viviendo en La Gomera?

En mis primeras vacaciones en La Gomera en 2002 me enamoré de la isla, de la naturaleza mágica, la humildad de su gente… Pero también me sorprendió lo que se parecía al norte de Escocia ¡y con mejor clima! Volví un par de veces más y tras una de esas visitas decidí que era el sitio donde quería vivir.

¿Cuál es tu hobby favorito?

Me encanta el senderismo, especialmente los senderos en los que contemplas paisajes donde se mezclan el mar y las montañas. Bailar también es uno de mis pasatiempos favoritos. Una isla donde hay bailes y fiestas cada fin de semana del verano es una oportunidad única para bailar salsa hasta agotarse. ¡No es posible aburrirse!

¿Cuál es tu mejor recuerdo de la vida en la isla?

Por supuesto, lo primero que me viene a la cabeza es cuando nació mi hijo. Pero nunca olvidaré el dia que se estalló la rueda del coche mientras iba con mi hijo. Cuando ya estaba sacando el móvil para llamar al taller apareció gente de debajo de las piedras y me ayudaron a cambiar la rueda, me ofrecieron una menta poleo y un rato de charla para que se nos quitara el susto. Es una impresión de la gente que no se olvida.

¿Cuál es la anécdota más divertida de tu trabajo en Los Telares?

De hecho, fue hace muy poco. Una huésped llamó y me dijo que se había ido con el coche a dar una vuelta a la isla. Había cerrado con llave ¡y resultaba que su marido se había quedado encerrado dentro! Por supuesto, enseguida utilizamos una llave de servicio para liberar al «cautivo». Siempre quedará la duda de si fue a propósito o no…

¿Te ves viviendo en La Gomera para siempre?

Llevo ya 12 años en la isla, y creo que eso ya lo dice todo. ¡Por supuesto! Tengo la suerte de que Luisa y Carlos confiaron en mi en 2012 y me permitieron probar mis capacidades en la dirección de la recepción. ¡Soy una persona muy activa! Han logrado un equilibrio entre mi trabajo, que exige mucha dedicación, con mis necesidades como madre, así que estoy disfrutando al máximo las maravillas de mi isla favorita.